martes, 15 de mayo de 2012

Ensayos y opinión. La Arquitectura en la Memoria.


Quiero dar paso a un tema expresado en multitud de páginas de diferentes tipos de lectura. Voy a transcribir poco a poco textos que hablan de ello.
En nuestra memoria almacenamos todos aquellos lugares en los que hemos ido hilvanando acontecimientos y vivencias que han tenido un gran significado. Nos han emocionado, nos han despertado sentimientos, añadido recuerdos con formas espacio-temporales, imágenes internas que recorremos con los ojos abiertos:

Veo la casa donde nací, recorro las habitaciones y juego en el jardín.
Desde aquí, sola… me pertenece.
Dos plantas, dos padres, dos hermanos multiplicados por cuatro.
Cocina generosa, estar de batalla, comedor íntimo, escalera partida.
Dormitorios repartidos en tres y multitud de camas para el juego.
Tórrido baño en verano y glacial en invierno, asegurada la pelea por el primer puesto.
Carbón, cucarachas, rosales, frutales, olor a sopa…
Enfoscados y pintados los muros, tapia con la misma piel.

G.A.B.

POESÍA DE EMILIO CARRERE (1981-1947)
J. Bergua.
Las mil mejores poesías de la lengua Castellana.


Plazuela de Alamillo:
¡cuánto te recuerdo yo,
con tus floridas ventanas
todas doradas al Sol!
Aún existe la casita
del anchuroso portón,
con su escudo en la fachada
y el alegre mirador;
flores, lo mismo que entonces
y el mismo rayo de Sol,
y otros novios que se dicen
dulces monadas de amor.
En la moruna plazuela
sólo faltamos tú y yo.
Con el vaivén de los años
la vida nos separó.
Dios sabe en dónde tu cuidas
a los hijos de otro amor.
Yo sigo tejiendo sueños,
araña de mi rincón,
y si me miro al espejo
parece que no soy yo.
Desde entonces, ¡Cuantas sombras
cayeron sobre los dos!
Sólo nuestra vieja plaza
sigue dorada al Sol;
mas yo no rondo tu calle,
ni estas tú en el mirador.
Novia a quien no besé ninca,
el azar nos separó,
¡toda la vida vestida de blanco
te guardo en mi corazón!
¿Qué habrá hecho con tu belleza
este tiempo que pasó?
¿Tendrá la misma dulzura
la música de tu voz?
¡veinte años que no nos vemos,
y acaso sea mejor
que no veas mi crepúsculo
ni tu ocaso vea yo!
Novia mía: ¡cuando paso
por nuestro antiguo rincón,
el gris que hay en mis cabellos
me duele en el corazón!.

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