Las
puertas del campo
En
la ciudad, en las concentraciones urbanas, los límites propios de los
edificios, o de los terrenos donde éstos se asientan, se han convertido en
contornos impermeables para garantizar la seguridad.
Los accesos a los recintos privados se
materializan con las restricciones propias de los niveles de confianza que se
depositan por parte de sus habitantes en los visitantes ajenos.
La
cancela de la valla o la puerta en
la fachada se convierten en filtros que
se traspasan con el pasaporte de la certidumbre.
Son
los artificios que permiten a los foráneos, el tránsito entre el ámbito público al privado y propio, con el consentimiento de
los que habitan.
En
contraposición a esto, en el medio rural, esos límites fronterizos, se hacen
imperceptibles, dibujados de modo habitual por los contornos del sembrado.
A
las edificaciones aisladas, insertadas en la propia explotación, se accede
mediante un camino que las une con la
vía pública, surcando la plantación.
La construcción,
cuyo perfil se erige en la distancia, asume su condición de vigía permanente,
de arquitectura solitaria, supeditada al predio al que protege.
La
puerta es el inicio del desvío, y si está construida, es un filtro simbólico.
Los
límites, intangibles, sólo se manifiestan de manera efímera cuando lo sembrado
madura.
Hacienda.
Com. Andaluza
Ruinas
de quintería. Com. Castilla la Mancha
Arrozal. Com. Valenciana
Masía.
Com. Catalana
Vivienda
rural. Com. Castilla la Mancha
Casa
Payesa. Com. Islas Baleares
Vivienda
rural. Com. Canaria
Alquería.
Com. Valenciana
Laguna.
Com. Castilla y León
Arrozal.
Com. Valenciana
Quintería.
Com. Castilla la Mancha
Cortijo.
Com. Andaluza
Quintería.
Com. Castilla la Mancha
Cortijo.
Com. Andaluza
José
Miguel Alonso Álvarez.
Agradecimientos
Blog
de David Cejudo
Blog
de Sastrecerámica
Japo
García
Publicación
“Cortijos, Haciendas y Lagares”