jueves, 8 de diciembre de 2011

Atmósferas y ambientes imaginados, y en algún caso, inerpretados.

José Miguel Alonso pone a la venta, en Arqsite Madrid, la serie de tintas "Atmósferas y ambientes imaginados, y en algún caso, interpretados".


Podéis ver formatos y precios en el Book José Miguel Alonso

Arquitectura y cine. AITA y la decadencia en la arquitectura.

En la última obra de José María de Orbe, Aita, encontramos el espacio tratado como un personaje más, “alguien” con personalidad propia, partícipe de la historia que de alguna manera habla y se comunica interactuando con el pasado y el presente. Un espacio que parece contener fantasmas de tiempos vividos en sus paredes.

Aita se adentra en el Palacio de Murguía (Astigarraga, Guipuzcoa), a día de hoy un señorío deshabitado del siglo XI que a su vez contiene el pasado familiar del propio director. En ella interactúan dos personas: el guarda, la única persona que parece interesada en mantener viva la casa, y el cura del pueblo, la única persona que habla con este guarda. Como telón de fondo, un yacimiento arqueológico bajo la casa que acentúa ese factor histórico.


Una obra que nos habla además de la decadencia, pero no de la nostalgia. La decadencia entendida como paso del tiempo, como etapa inevitable y necesaria de todo periodo vivido y superado. De esta manera, José María de Orbe expone cada sonido, los colores, la luz, en definitiva, cada elemento de la casa para interactuar con ese pasado. Las texturas, los rincones y pasillos por los que parecen circular fantasmas. Vivencias que se hacen explícitas por momentos en la historia de esas paredes que son testigos del tiempo.

También el abandono forma parte de esa decadencia. Aunque sin olvido ya que el director vuelve a este lugar para rendirle honores, la decadencia supone dejar de lado ese lugar, algo que hace del espacio un lugar inútil. De Orbe descubrió en Oteiza el vacío como protagonista de las formas y en Aita así lo expone: la ausencia de mobiliario como reflejo de un lugar sin uso, un lugar que se pierde en la historia poco a poco.

Quizá haya demasiados lugares olvidados a día de hoy. Como todo, con el tiempo una edificación también se abandona y tarde o temprano pasa a formar parte del pasado. Se la deja a su suerte. En las ciudades, estos espacios son muchas veces ocupados o derribados, de algún modo han de ser aprovechados. En el campo es la naturaleza la que se los come. Cuantas casas de piedra habrá en los bosques con árboles que han crecido dentro, semienterradas en la tierra tras el paso del tiempo. Sin embargo, tratándose de algo tan básico como lo es una vivienda, hasta qué punto una casa o un edificio puede ser desaprovechado. El espacio es historia contenida entre sus muros, vidas que han pasado por ella. En algún momento esas casas abandonadas vivieron su esplendor. Y luego solo son muros abandonados sin significado para casi nadie.

Aita será exhibida en el M.O.M.A. de Nueva York en febrero de 2012.

Pablo Barrón Muruais

jueves, 1 de diciembre de 2011

Propuesta fin de semana. Delacroix en el Caixa Forum.

Hola amigos bloggeros.
Queremos animaros a visitar el Caixa Forum estas próximas navidades.
Y es que se expone desde el 19 de octubre a la mayor muestra dedicada a Delacroix (1798-París, 1863).

Esta exposición cuenta con la colaboración del Louvre y el Prado.
Sébastien Allard, conservador jefe del Departamento de Pintura del Museo del Louvre, amén de comisario de la exposición, subrayaba que si bien "en Europa se le han dedicado a Delacroix numerosas exposiciones", la importancia de esta "solo es comparable a la del Louvre en 1963 con motivo del centenario de su muerte".
La muestra recorre toda la evolución de su obra, desde los inicios, cuando buscaba inspiración en creaciones artísticas y textos literarios, hasta la etapa final de síntesis del conjunto de su obra.
Reúne todos los grandes lienzos orientalistas estando presente uno de los más famosos “Mujeres de Argel en sus habitaciones”.
El desnudo, representado por las tres versiones del retrato Aspasia en el que antepuso la luz y el color a la precisión del dibujo.
Están presentes las 17 planchas sobre el “Fausto de Goethe” cuya fuente de inspiración es la literatura, donde se centra en las relaciones de Fausto y Mefistófeles.


 El Romanticismo nace oficialmente hacia los años 1820-1830. Toda la pintura de la primera mitad del siglo XIX mostrará una preferencia que se caracterizará por tres temas que cambian y modifican completamente la jerarquía de los adoptados en los siglos precedentes. Los retratos, que encarnan la realidad física de las personas vivas; Las naturalezas muertas y los paisajes, que encarnan la realidad tangible de la naturaleza y el contacto con las cosas; las escenas de género, incluidas las escenas de historia y la atracción de lo cotidiano como tercera forma de la realidad.

La exposición de la Balsa de la Medusa de Gericault en el Salón de 1819 y la Exposición de pintores ingleses en Paris en el Salón en 1824 sitúa el comienzo oficial del arte Romántico.
Eugenio Delacroix nace en 1798 en Charenton, cerca de Paris, en una familia de situación deshogada. Ingresó en la Escuela de bellas Artes, en la clase de Guérin, donde encuentra a Gericault. Cuando expone en el Salón de 1822 Dante y Virgilio en los infiernos, se hace célebre de improviso, siendo objeto del elogio de los críticos que le sitúan en el punto clave del combate, latente desde hacía algunos años, que enfrentaba la independencia de los jóvenes a las disciplinas académicas de los mayores.
 Las obras capitales le suceden: las matanzas de Chios, Cristo en el jardín de lo Olivos, y la Muerte de Sardanápalo obra en su momento incomprendida. En 1832  es elegido para que acompañe a Marruecos al conde de Mornay, encargado de una misión especial cerca del Sultán. Durante unos meses visita las ciudades de Marruecos y parte de Argelia; toca de pasada el sur de España. Las pinturas de Oriente de Delacroix, deja una profunda huella en el Romanticismo.  El Orientalismo acaba de nacer y durará varias generaciones.
A partir de 1833 Delacroix comienza a recibir encargos de grandes decoraciones, obras en las que puede dar medida de su genio y dan testimonio indiscutible de sus cualidades de gran decorador.
Hay una sala dedicada a la guerra de la independencia Griega frente al imperio Otomano. En la sala dedicada al drama de Grecia, podemos ver una acuarela y un estudio de “La masacre de Quíos” que evoca la matanza de 20000 Griegos o “Grecia expirando sobre las ruínas de Missolonghi”.
Interpretó el retrato Británico siendo la obra más relevante el “Retrato del Barón Schwiter”.
La obra religiosa se puede ver en su versión de “San Sebastián y sus Crucifixiones”.
Se completa la exposición con los  bocetos que nos permite contemplar entre otros  el estudio preliminar de la caza de los leones”.

La Exposición Universal de 1855 subraya la rivalidad Ingres-Delacroix, concediendo a cada uno de ellos un puesto de honor. Hace ya años que se encuentra enfermo. Se retira con frecuencia a su finca de Champrosay.
En 1863 muere en Paris.